Dos menores de edad se salvaron milagrosamente de morir en el arroyo de Siape, el mismo que está en la desembocadura del canal de la 84.

Uno de los adolescentes cayó al cauce a la altura de la vía 40.  El otro que lo acompañaba mientras tanto, pedía auxilio mientras corría a la orilla del canal.

Casi al llegar al Río Magdalena el joven que trataba de ayudar al que arrastraba la corriente se colgó de un árbol. Sin embargo en el esfuerzo también cayó a la fuerte corriente.  

Por fortuna, según dijeron testigos, “un remolino que se formó al final del cauce y lo llevó a la orilla en donde vecinos pudieron auxiliarlo”.

Yadira González, residente en Siape,  contó en su cuenta de Facebook que “lo que se vivió en la calle 82 en el arroyo del barrio fueron momentos de angustia, lágrimas y gritos de impotencia al ver cómo los jóvenes luchaban contra la furia de la corriente”.